Esta es la imagen rescatada del olvido que el Papa
Francisco ha querido usar como recordatorio de las nefastas consecuencias que
supone cualquier guerra. Una imagen de hace ya bastante tiempo: la foto fue tomada
por Joe O’Donnell, un reportero americano, en el conflicto entre EEUU y Japón
de 1945 (la Segunda Guerra Mundial).
La estampa desprende tristeza: un niño de apenas diez años carga con el cadáver
de su hermano menor. El chico va con ropa desaliñada y descalzo, signo de
evidente miseria. Su semblante denota dureza mordiendo con fuerza sus propios
labios tal vez intentando disimular un llanto interno de profunda desolación.
Cuando vi esta noticia no pude evitar asociar la
imagen a una película de animación que vi hace ya unos cuantos años. Mucha
gente piensa que “los-di-bu-ji-tos-son-pa-ra-ni-ños”.
Si tú que estás leyendo esto también lo crees, no sabes nada Jon Nieve. Y es que siempre hay una excepción que
modifica la regla. En Japón hay desarrollada una industria de animación y de
cómic que abarca una variada tipología de público. No producen solo pensando en
los niños. Una buena historia de temática seria y adulta puede ser contada a
través de dibujos. Un ejemplo de esto lo proporciona La tumba de las luciérnagas
(Hotaru no haka, 1988) del Studio
Ghibli. Este film fue dirigido por Isao Takahata y narra los tristes
acaecimientos de dos hermanos, Seita y Setsuko, durante el conflicto bélico de 1945.
Puede
que la foto anterior inspirase esta escena
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Una película
muy recomendable, pero si tienes un paquete de pañuelos a mano. Yo era de las
que no lloraba ni cortando cebollas, oye, hasta que topé con esta película. La destreza
con la que se narra la historia consigue llegar a romper el corazón. Ya se
intuye que la vida de dos huérfanos en tiempos de guerra no va a ser un camino
de rosas, pero la crueldad de las peripecias sufridas contrasta con el valor
que sacan los hermanos para seguir adelante e incluso conseguir tener momentos
de felicidad inocente a pesar de todo. Ese contrapunto narrativo, entre otros
que aparecen, creo que es el que consigue tocar la fibra sensible. El desarrollo de la historia nos lleva al camino de la reflexión. Aparecen personajes egoístas que procuran su bienestar aprovechándose de otros e incluso evitando prestar ayuda. Roban al vecino cuando escasea la comida para poder llevarse algo a la boca... ¿Hasta qué punto pueden ser juzgados negativamente? ¿Hasta qué punto una situación extrema como una guerra justifica esa falta de sensibilidad?
A favor de la
película de animación (y en contra de los que piensen que unos dibujos no
pueden emocionar ¬_¬) tengo que añadir que hay dos versiones de
imagen real de la historia (yo he visto la de 2008) y, a pesar de ser actores de carne y
hueso, en mi opinión no resulta tan emotiva. No sé si es por la forma de actuar
de los intérpretes japoneses o simplemente por la diferencia narrativa de los
directores.
Tráiler de la
película animada:
¿Y el título
a qué viene? Solo dejaré caer que las luciérnagas tienen un ciclo de vida
relativamente corto…
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Lo que no
sabía hasta hace poco es que el film está basado en el relato homónimo de
Akiyuki Nosaka (1930-2015┼)
publicado en 1967. El propio autor sobrevivió al bombardeo estadounidense de la
ciudad de Kobe, quedó huérfano y perdió a su hermana pequeña. Según cuentan, el
relato fue una manera de sacar los fantasmas que el autor llevaba dentro. Una
especie de disculpa hacia su hermana pues se sentía con el remordimiento de que
debería haber cuidado mejor de ella.
Aunque muchas
veces prefiero la historia contada por un libro en lugar de la película, ya que
en las versiones cinematográficas siempre se pierden los detalles, en esta
ocasión doy un voto más a favor del film, pues adapta fielmente el relato y
además tiene ciertos toques con valor añadido.
Edición
española del libro. Incluye otro relato del mismo autor.
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P.D. Qué
difícil es hacer una crítica intentando no hacer spoilers XD
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