La imaginación humana me parece
que no tiene límites. ¿Quién no se ha parado alguna vez, mientras daba un
agradable paseo por el campo o la ciudad, a mirar el cielo azul intenso e
interpretar que las nubes tienen forma de dragón, de persona sonriente u otras
siluetas? Este fenómeno de nuestra mente se llama pareidolia. Esta vez voy a contar una curiosidad relacionada con
este hecho y una polilla que es más famosa de lo que pensaba.
¿Habéis visto la película El
silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991)? ¿No? Bueno, aunque no
la hayáis visto, seguro que conocéis su famoso cartel en el que sale el rostro
de una mujer con una mariposa muy característica justo tapándole la boca. Aparentemente,
es la llamada mariposa de la esfinge calavera.
El nombre de una especie animal o vegetal no suele ser al azar. Normalmente
tiene un porqué. El nombre común debe atribuírsele porque la polilla tiene en
el dorso del cefalotórax una mancha que recuerda vagamente a un cráneo.
Poner un nombre científico a una
especie nueva es todo un privilegio, y hay que elegirlo bien para que quede
guay (jajajaja). Y claro, el señor que la describió por primera vez, teniendo
en cuenta ese “tatuaje” que tiene, la relacionó con la muerte y las tinieblas. Vamos a tirar de mitología griega a ver
qué sale, pensaría. Pues bien, según los griegos clásicos, uno de los ríos
del inframundo que surcaba el barquero de las almas se llamaba Aqueronte. Ale, ese lo usamos para el género. Ahora falta el mote específico.
Por otra parte, en su mitología había tres deidades (Las Moiras) que se encargaban del destino de cada mortal hasta que
una de ellas cortaba el hilo de la vida. Ésa era Atropos. Resultado (adaptándolo al latino): Acherontia atropos. ¡Buah!
Me encantan estos detalles ˄_˄
Una mariposa nocturna con un
currículum así es normal que algún artista se fije en ella y la quiera usar
como símbolo. He aquí el séptimo arte con la película antes mencionada. El
asesino de la historia colocaba crisálidas de este insecto en la boca de sus
víctimas. Y, obviamente, tenía que salir en la portada del film. Pero, fijaros,
la calavera tiene más detalle. Parece mucho más un cráneo. ¡Porque hay truco!
En realidad, fusionaron una foto surrealista que hizo Salvador Dalí, en colaboración con el fotógrafo Philippe Halsman en 1951, con los
cuerpos desnudos y entrelazados de siete mujeres formando una cadavérica
escultura.
Cartel de la película |
In Voluptas Mors, Salvador Dalí |
Además del cine, también aparece fugazmente
en una de las novelas más leídas de todos los tiempos, Drácula, de Bram Stoker, y como “terrible”
protagonista en una de las narraciones cortas de Edgar Allan Poe, titulada precisamente, La esfinge.
Por lo que respecta al nombre
común, lo de “calavera” queda claro. ¿Y lo de “esfinge”? Nos puede venir a la
mente la escultura faraónica que custodia las pirámides, la cual está tumbada
en la arena y con el torso y cabeza erguidos. Esa misma postura, levantando la
cabeza y con el resto del cuerpo pegado al suelo o la rama, es la que adoptan
las orugas de Acherontia.
Llegados a este punto, me
gustaría contar que la idea del post surgió al enterarme del truco fotográfico
del cartel de la película, el cual lo compartió una amiga por Whatsapp en el grupo de Dibujo y Pintura.
Había oído hablar de la mariposa y el curioso simbolismo (incluídas las
supersticiones), pero poco más sabía. Al indagar sobre el tema y un poco más en
la biología de la polilla, me llevé una grata sorpresa. ¡Tiempo atrás me
encontré con una oruga de A.atropos y
no lo sabía! La fotografié, no obstante, porque me llamó mucho la atención en
su día (mi intuición me decía que escondía un gran potencial jajajaj). Me ha
pasado un poco como aquellos/as que vieron a Pablo Alborán en las primeras
canciones que cantaba desde su sofá y que luego se han enterado de lo famoso
que es.
Si lo llego a saber le hubiese
pedido un oruga-autógrafo jajajaj. Ahí van las fotos ;)
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